Las empresas se esfuerzan por tener en sus filas a trabajadores productivos. Pocas instituciones aspiran a contar con individuos creativos. Esta aproximación resulta errada, porque la búsqueda se enfoca en resultados apremiantes y no en el contexto que mueve a la compañía y al candidato.
Ser productivo es una consecuencia de las competencias y de las actitudes de la de las personas. Entonces… ¿Cómo seleccionar el talento o capital humano que se alinee con el requerimiento? Lo primero es identificar la necesidad, fijar los parámetros del requerimiento y luego establecer el cómo hacer la búsqueda.
No todo lo que brilla es oro, ni todo lo que luce opaco es de poca cuantía. Si una organización quiere captar y conservar recursos de valor debe estar en capacidad y disponibilidad de ofrecer oportunidades de crecimiento. Debe proyectar entornos que propicien el reto y las posibilidades de desarrollo. Los ambientes hostiles o insulsos terminan por disminuir o aniquilar las energías transformadoras.
A la hora de contratar a una persona, es imprescindible abarcar variados aspectos. Tener en cuenta que las empresas funcionan como sociedades con su cultura y el carácter que las distingue, para bien o para mal. Lo lógico, para definir los perfiles de los cargos es basarse en esta premisa. Si el aspirante conoce los rasgos fundamentales de la firma a la cual aspira ingresar sabrá si encaja o no dentro de ella. Tendrá consciencia de que integrarse en esa organización será una decisión seria y sentirá los hormigueos en su estómago, los cuales delatan sentido de compromiso. Desde esa situación nacerá el orgullo de estar donde se quiere estar.
En la práctica común, lo que ocurre es que el aspirante se conforma con alistarse en una organización de prestigio, que pague bien y le ofrezca mejorar su calidad de vida y la de su familia. En el proceso de selección las empresas buscan recursos bajo la presión de la demanda, sin el debido tiempo para evaluar. Debido a esas circunstancias, se limitan a ojear el CV, entrevistar, validar la actitud física y a veces revisar las recomendaciones. Durante el trámite, el empleador y empleado asumirán el riesgo de si se soportan o se articulan. En otras palabras, muchas contrataciones no responden a un flujo natural de crecimiento y carecen de una fase de evaluación; porque surgen como una respuesta a lo urgente. Y lo urgente compite con lo importante y termina por desplazarlo.
La planificación es de vital importancia en las carreras de largo aliento. Los círculos viciosos aniquilan o entorpecen la visión estratégica. La buena noticia es que se pueden generar y mantener círculos virtuosos. Es posible construir un ecosistema que se retroalimente de sus errores para corregirlos y de sus aciertos para mejóralos. Es ventajoso entender que el fracaso conviene afrontarlo con gallardía y determinación de aprender. También es necesario conocer que las victorias del presente no son garantías del buen rumbo del mañana, por eso los triunfos se deben asimilar con humildad. Cada laurel debe mover a nuevos derroteros.
¿Cuáles son los elementos básicos para que una sociedad empresarial goce de buena salud? Debe alimentar los ciclos virtuosos y erradicar los viciosos. Establecer recompensas o motivaciones para fortalecer el crecimiento de las destrezas. Respetar las individualidades. Estimular las buenas iniciativas y los logros. Promover la capacidad de autocrítica. Mantener el entusiasmo y la decisión de mejorar continuamente los buenos hábitos. Cuidar la armonía y la convivencia. Reconocer el costo de los errores y la correcta determinación para enmendarlos. Priorizar la salud mental, espiritual, física y emocional de los integrantes. Estimular la creatividad, la autoformación y la participación en diversas áreas. Fundar ambientes colaborativos, para que la sinergia genere soluciones sorprendentes. Fomentar el tiempo de calidad para el eficiente desempeño. Cuidar el lenguaje y la comunicación efectiva. Tener claro que el fin no es trabajar duro; sino hacerlo bien, con eficiencia y dentro del tiempo requerido. Priorizar lo importante sobre lo urgente. Mantener un ambiente con un sano sentido del humor. Un ambiente como este se puede definir como de buena vibra, en el cual la satisfacción galardona al esfuerzo. Es saludable e ineludible comprender que quién no quiera estar en el equipo debe sentirse libre para marcharse con dignidad y por la puerta grande. No se deben postergar las agonías.
La creatividad es un valor humano y por ende no es una potestad exclusiva de las élites. La buena voluntad es un valor que nunca se debe atropellar. Una persona que se sienta diligente, útil y respetada estará orientada a resultados óptimos y cuando aprecie que sus capacidades están rebasadas sabrá a quien pedir ayuda y de manera oportuna.
Cosme G. Rojas Díaz
11 de abril de 2023
@cosmerojas3
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