La transformación digital toca diversos sectores tales como: el empresarial, industrial, energía, servicios, comercio, gobierno, banca, militar, educación, salud, legal, laboral, turismo, recreación, cultura, deporte, urbanismo, logística, ONGs, transporte y otros.
La transformación digital es un término que está sonando mucho en los ambientes empresariales. Mucha gente lo menciona pero pocos saben de qué se trata y desconocen ¿por qué es tan importante conocerlo y adoptarlo? Este concepto incluye a todos los sectores de la sociedad. Quienes creen que sólo aplica para al entorno empresarial no han captado lo avasallador de esta corriente.
Transitar por este camino requiere orientación y claridad de objetivos. Hagamos un repaso relámpago de los grandes hitos que han movido al mundo de la información y de las comunicaciones (TIC). Comencemos por la llegada del personal computer (PC), el invento del mouse y las interfaces amigables, las hojas de cálculo, la paquetería de oficina, los medios de almacenamiento, la liberación del Internet, y la telefonía móvil que luego mutó en el smart phone.
En este contexto evolutivo se allanó el camino a las nuevas tendencias tecnológicas. La mensajería instantánea, es uno de los marcadores de los nuevos tiempos. Desde que comenzó el envío, en tiempo real, de textos simples hasta los elaborados contenidos multimedia; las noticias y la información se hicieron disponibles como nunca antes. La convergencia de las plataformas de telecomunicaciones se constituyó en otro factor clave. El advenimiento de la telefonía IP y con ella las herramientas colaborativas de: teleconferencia, telepresencia, el smart phone que terminó por desplazar las antiguas plataformas de telefonía clásica. En la actualidad el mundo está tejido de redes de fibra óptica y de un enjambre de comunicaciones inalámbricas. Se ha venido instalando una compleja infraestructura de telecomunicaciones, con un extenso alcance geográfico y demográfico. La cobertura sigue creciendo a un ritmo acelerado; con el reto de llegar a todos los lugares y todos los estratos sociales, del globo terráqueo, en muy corto plazo.
Desde el punto de vista social las TIC han derribado las barreras geográficas y han motivado el surgimiento de nuevos patrones de conductas. En esta era, muchas personas pueden sentirse perturbadas, si se quedan sin su móvil o sin acceso al Internet. Pocos recuerdan que, hacen pocos lustros, discábamos teléfonos fijos, nos citábamos a una hora y en un lugar predeterminado, veíamos la televisión, escuchábamos la radio o esperábamos el periódico para enterarnos del acontecer mundial y hasta nos enviamos cartas.
Los desarrollos tecnológicos motivaron el sueño de la ubicuidad, la realidad de la comunicación instantánea y la eficiencia en la tele ejecución de múltiples tareas. Las tecnologías emergentes dieron el sustento a las redes sociales y a las más variadas aplicaciones móviles, con medios de pagos expeditos incluidos.
La trasformación digital es un proceso de cambio cultural, estratégico e ineludible; el cual debe ser abordado, sin demoras, en estos tiempos donde lo digital es lo cotidiano. Quienes no se ocupen de formar parte de esta evolución, con premura, corren el riesgo de quedar rezagados o contemplar la extinción de sus organizaciones. Están surgiendo nuevos paradigmas, aunque el cambio no es nada nuevo, lo que sí es diferente es la velocidad con que se está propagando. El mundo de la prensa, el comercio, la banca, las finanzas, los seguros, la educación, la salud, la recreación, está mutando a ritmos y a destinos insospechados.
Revisemos, con mayores detalles, los preceptos tecnológicos que dan orientación y habilitan el proceso de la transformación digital: La computación en la nube (cloud computing), el machine learning, el big data, el IOT y la experiencia del usuario customer experience.
Veamos los antecedentes en la evolución de los centros de cómputo, para entender cómo se llega a la computación en la nube. Los primeros ordenadores eran equipos enormes conectados con periféricos de entradas y salidas de datos. En la marcha fueron creciendo de manera centralizada en poder de cálculo y en programas o software para apoyar las diversas demandas. Con la llegada del PC nació una encrucijada. ¿Surgirían dos corrientes separadas, en la computación? ¿Computación centralizada versus computación personalizada? Esta disyuntiva duró pocos años con el surgimiento de las redes locales y terminó por aclararse con la liberación del Internet. De hecho los PCs ya no aludían a su idea original de personal computer; sino al de profesional computer; se adaptaron para sumar una función adicional, ahora también serían terminales de usuarios de las redes locales. Así florecieron los centros de cómputo descentralizados y los mainframes se sumaron a estos nuevos esquemas, para satisfacer fines muy específicos. La evolución permitió orientar, dar espacios y convivencia a ambos mundos. Los mainframes continuaron su paso en las aplicaciones clásicas y en la redes se desarrollaron nuevas arquitecturas distribuidas para el procesamiento, almacenamiento, transmisión y gestión de los datos. Hasta este punto los centros de datos continuaban bajo un dominio geográfico endógeno; y por asuntos de asegurar la continuidad operativa sus arquitecturas se hicieron más robustas, seguras y resilientes. De manera paralela el mundo del Internet trazó una ruta independiente. Paso a paso la red de redes se fue fortaleciendo en capacidad de almacenamiento de información y en versatilidad para ponerla a la disposición del ciudadano común. Al punto de que las redes locales se encontraban limitadas y aisladas del mundo si no contaban con acceso al Internet. La web 2.0 se convirtió en un nuevo paradigma de transformación social. Las plataformas de los navegadores crecieron en poder y en protagonismo. Dieron un zarpazo, a los gigantes del negocio informático, al involucrase en la gestión del sistema operativo de los dispositivos de los usuarios finales; así lograron abarcar la cadena completa (el end to end). La mesa estaba servida para que surgieran los grandes proveedores de los servicios en la nube: Amazon (AWS), Microsoft (Azure), Google, IBM, SAP y otros. En la actualidad muchas organizaciones aún cuentan con sus propios centros de datos (conocidos en el argot técnico como soluciones on premise), con los más elevados niveles de robustez y seguridad, controlados por las mejores prácticas dictadas por el Uptime Institute. La tendencia es ir mudando los centros de datos a la nube. El correo electrónico, soluciones ERP, paquetería de oficina, herramientas colaborativas y diversas aplicaciones y servicios están siendo migrados o contratados en la nube. Dicho así, muchas organizaciones se están orientando a adquirir dispositivos móviles o estaciones sencillas tipos thin client, para acceder a sus plataformas virtuales en la nube. Y desentenderse de las complejidades de la administración de la tecnología de información.
La computación en la nube

La computación en la nube implica delegar total o parcialmente los servicios de TIC, en un tercero. En otras palabras la operación, el resguardo de los activos de información y la seguridad pasan al cuidado de un intermediario (parcial o totalmente). El cliente se puede enfocar en su núcleo de negocio y adquirir los productos, aplicaciones, licencias y servicios por demanda o por suscripción.
En los centros de datos propios la plataforma de hardware y software exige cuidados y atención dedicados. En estos casos el uso óptimo de los recursos puede requerir grandes inversiones, organización y elevados niveles de especialización dentro de la institución.
El Machine Learning

El machine learning actúa como un maestro de reconocimiento de patrones. Es una rama de la inteligencia artificial con múltiples aplicaciones en todos los campos. A modo de ejemplo, se citan algunos campos donde se aplican en la actualidad: mercadeo personalizado, detección de fraudes; en aplicaciones de CRM, ERP, automatización, gestión delegadas de tele monitoreo de plataformas tecnológicas (NOC & SOC).
Desde el siglo XIX surgieron algunos hitos matemáticos que sentaron las bases de esta tecnología. El teorema de Bayes (1812) definió la probabilidad de que un evento ocurra basándose en el conocimiento de las condiciones previas que pudieran estar relacionadas con el mismo. El machine learning trabaja con algoritmos predictivos, basados en las estadísticas. Y si hay algo que abunda en las redes tecnológicas son los datos. También predominan los desarrollos de software para las más diversas disciplinas. Los sistemas de machine learning establecen una línea base y un patrón de comportamiento; a partir de esta caracterización detectan las conductas fuera de lo usual; con base a ella pueden activar una escala de alarmas y tomar acciones inmediatas, como bloquear una tarjeta de crédito. Estas facilidades se convierten en el principal motor de resguardo en la gestión de la seguridad de la información.
El Big Data

La era digital se caracteriza por la generación de colosales cantidades de datos. El gran desafío del big data está en: convertir el inmenso y disperso volumen de datos en información útil. En otras palabras, de lo que se trata es de generar valor, desde conjuntos de datos o combinaciones de ellos cuyo tamaño, complejidad, variabilidad y velocidad de crecimiento dificultan su captura, gestión, procesamiento o análisis mediante métodos convencionales; tales como bases de datos relacionales, estadísticas o paquetes de visualización. Lo que hace que el big data sea tan ventajoso, es el hecho de que proporciona respuestas a muchas preguntas que las empresas ni siquiera sabían que tenían.
Con el big data, surgen las bases de conocimientos autoalimentadas y los motores de búsqueda se hacen cada vez más eficientes. Sin lugar a dudas el big data representa un elemento fundamental en la evolución del tratamiento de la información. El asunto está en cómo obtener el máximo beneficio de estos métodos.
El Internet de las cosas (IOT)

El IOT es la arrolladora tendencia que hará más convergente a las plataformas y a los desarrollos tecnológicos de las TIC. Cada dispositivo y cada equipo del hogar, de la industria, del comercio tendrán conexión al IOT y por ende se podrá disponer del respectivo monitoreo y control. En el mundo de la domótica imaginemos todos los artefactos del hogar conectados al IOT, cada uno con una dirección IPv6; se podrá tener el control remoto de todo lo que se pueda conectar: luces, aire acondicionado, persianas, cámaras, el contenido de la nevera, el lavado de la ropa, dispositivos para la alimentación de las mascotas. Hoy en día se han hecho muy famosas las asistentes personales tipo Alexa de Amazon, Siri de Apple y Google Assistant. Estos asistentes, además de ser buscadores en línea pueden configurarse para asumir las tareas de telecontrol del hogar o industria.
La experiencia del usuario

Otro de los aspectos fundamentales de la transformación digital, es la experiencia del usuario final. Esto aplica para toda la cadena de los entes involucrados en los servicios. El objetivo es asegurar el óptimo desempeño de las aplicaciones y de asegurar la sensación de inmediatez. Para lograr esto es preciso monitorear de principio a fin (end to end) cada transacción. Cuando haya lentitud, disminución del rendimiento o errores; se deberá encontrar con precisión, dónde y por qué ocurrió, el cuello de botella y solventarlo a la menor brevedad.
La idea es que el usuario final no se debe detener a pensar, en todas las complejidades que están detrás de cada clic, enter u orden ejecutada por él. Los usuarios demandan por el mismo nivel de servicio obtenido al pulsar un interruptor eléctrico, al abrir un grifo, o al esperar que las puertas se abran de manera inmediata a su ingreso a cualquier establecimiento. A él no le importa la magia que mueven los hilos del servicio.
Aunque la transformación digital es un tema que encuentra sus raíces hace tres siglos, desde que el hombre comenzó con la mecanización del trabajo hasta esta era digital; hoy en día, abordarla con prontitud y acierto es un tema de supervivencia. Si bien es cierto que en la era actual se ha alcanzado el desarrollo necesario para dar soporte a esta nueva tendencia, es la pandemia Covid-19 el sobrevenido disparador que le ha dado el impulso definitivo. Definitivamente esta crisis sanitaria ha precipitado la necesidad y ha derrumbado algunos miedos que hacían más lento su adopción. El ejemplo evidente lo representa el teletrabajo, las organizaciones más audaces, y en ciertas áreas específicas, ya habían iniciado su camino al trabajo desde la casa. Sin embargo, muchas empresas se mantenían escépticas para acoger esta forma de laborar. Las dudas se centraban en el temor a perder la eficiencia y control sobre los empleados. En estos días es la alternativa para mitigar el confinamiento social; al volver la vista atrás, se puede inferir que el teletrabajo vino para quedarse. Los sondeos apuntan a la adopción de esquemas mixtos. Se ha generado un efecto dominó, sobre las formas de cómo hacer las cosas y del análisis de los profundos cambios en la sociedad. La pandemia marcó, sin lugar a dudas, el punto de quiebre. No se trata de aceptar el cambio, sino del cómo manejarlo; para que sea ágil y efectivo. De manera que la transformación digital no es una opción, sino que es la ruta a seguir.
La Transformación Digital es en realidad una Transformación Cultural; esa es la forma como conviene ser entendida y tratada. Hay que estar atentos y dispuestos a entender: como el cambio está cambiando.
Cosme G. Rojas Díaz.
@cosmerojas3
28 de marzo de 2021
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