Pasar la página

Pasar la página es una expresión trillada. Al igual que en los libros, las hojas no se deben saltar hasta que no se les haya dado la adecuada lectura. Quien subestima los sentimientos, emociones, corazonadas e ideas; andará dando tumbos y rodeos por la vida.

Es cierto que no es ni saludable ni lógico anclarse al momento; pero tampoco es conveniente evadir o minimizar los efectos de los eventos ocurridos. Si caemos, es preciso recuperarnos y luego levantarnos cumpliendo el debido proceso. Los dolores, los duelos generan heridas y estás no sanan de manera automática. El tiempo no cura nada. Para remediar hace falta un plan acertado y tenacidad para aplicarlo. Un hueso roto debe ser llevado a su lugar, inmovilizado y vigilado hasta que se fortifique. Ante la pérdida de un ser querido, se transita por el duelo que los expertos dividen en cinco fases: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Nadie acepta la muerte de primera y eso es humano. Para reponerse de un golpe tan terrible se debe recorrer el ciclo y cada persona lo gestiona en tiempos diferentes.

La euforia se debe manejar con prudencia y darle espacio a la sensatez. El frenesí nos desubica y nos hace sentir más poderosos de lo que realmente somos. Está bien celebrar los logros; considerando que estos no son permanentes. Los éxitos del pasado no son garantía para alcanzar nuevos laureles. Aunque resulte extraño, podría ser más fácil reponerse de un fracaso que de una victoria. Así que también es necesario vivir y superar los momentos agradables; porque la vida es sorprendente. La embriaguez como el duelo también pasa por sus estados.

El carácter debe conducir a la sencillez en los momentos de deleite y a la gallardía durante las tribulaciones. La humildad está muy lejos de subestimarse o de autoflagelarse. La valentía se debe distanciar de la soberbia, porque esta es mortífera.

Discernir entre cuándo y cómo pasar la página se debe centrar en reconocer y encarar las dificultades con serenidad. Conviene revisar nuestro yo interno, procurar el alivio del alma y escuchar los mandatos del corazón.

Así que, aprendamos a leer la vida, definamos las metas y abordemos con determinación los propósitos; para ¡que nadie nos ordene cuándo y cómo pasar la página!

Cosme Rojas

01 de diciembre de 2022

@cosmerojas3

Blog de WordPress.com.

A %d blogueros les gusta esto: