No cambiaría el renacer del arcoíris;
La energía de un día de soleado;
La seducción de una luna llena;
Ni el aroma de un café recién colado.
No cambiaría los besos que dan las olas a la placida arena;
La sombra de un árbol;
Ni el frenesí de una noche de estrellas.
No cambiaría la ternura de una madre;
Ni la protección de un padre.
No cambiaría la inocencia de un niño;
La rebeldía de un adolescente;
La sabiduría de un anciano;
Ni la bondad de un maestro.
No cambiaría un plácido abrazo;
Una lágrima derramada;
Ni la alegría de una sonrisa.
No bajaría ninguna estrella para complacer un capricho;
Ni le pondría alas a quien no le corresponde.
No agregaría ni quitaría un cromosoma a las especies;
Ni cambiaría al inexorable cambio.
Es a mí a quien quiero cambiar, para no quedarme rezagado.
Cosme G. Rojas Díaz
20/03/2022
cosmerojas3
Deja una respuesta