¿Sigue habiendo turismo en Venezuela?

Desde siempre he sentido especial interés por viajar y descubrir diferentes geografías, personas, gastronomías, y sensaciones; en resumen me gusta retar y expandir mi zona de confort. Concibo  el viajar como una forma especial de leer la vida.

Desde muy pequeño recorría más territorios con mi imaginación que de manera real; pues en mi familia los recursos materiales eran limitados. En Venezuela, contamos con numerosas riquezas de paisajes. La topografía abarca desde las majestuosas montañas de la cordillera andina, las selvas del Amazonas, densos bosques, inmensos y caudalosos ríos, extensos llanos, múltiples islas, hermosas playas y hasta un pequeño desierto. Hasta finales de década de los treinta, antes del advenimiento del petróleo, la economía y la sociedad eran totalmente rurales. Los ingresos se sustentaban en la agricultura, la pesca y en la ganadería; fundamentalmente vivíamos del café y del cacao. En la época colonial a los grandes terratenientes se les conocía como “Los grandes cacaos” o como “Los amos del valle”.  Contamos con una muy rica y variada flora y  una fauna.

Mi esposa y yo solíamos tomar carreteras, cada vez que nos era posible. Recorríamos el país, con nuestros hijos, desde los Altos Mirandinos, hacia el oriente, hacia el occidente o hacia el sur. En los tiempos de democracia, lo hacíamos con una moderada tranquilidad sin afanarnos mucho en planificar la logística de las travesías. Había alternativas decentes, seguras y al alcance para pernotar en las rutas; con una ligera organización era suficiente para emprender el camino.

Cuando pienso en turismo; pienso en: ocio, recreación, comer sabroso, aventuras y en experimentar una dosis de adrenalina. En fin este término me conecta con las posibilidades de explorar y descubrir un mundo diferente al mío. Percibo al turismo como una actividad emocionante, tanto si lo practico  a lo interno como a lo externo. Algunas personas son más tímidas y temerosas frente a los desafíos del turismo y casi que preferirían vivirlo desde la seguridad de una imperturbable capsula.

La lamentable y elocuente debacle social, política y económica, a la que ha sido sometida Venezuela por los pillos que se apoderaron del poder desde 1998, ha tenido dramáticas consecuencias en el turismo. Aun así hay valientes e inteligentes posaderos y profesionales del turismo que siguen haciendo su trabajo. A los otros sectores no me voy a referir, para no desviarme del propósito de este tema. Sin embargo, debo decir con toda responsabilidad que vivimos una verdadera pesadilla.

En estos tiempos no es una opción tomar el carro, para recorrer las carreteras del país, como lo solía hacer. Las vías terrestres no tienen mantenimiento; los paradores turísticos para descansar, comer, o asearse cada vez son más precarios, inseguros y distantes en los recorridos; y la seguridad ciudadana ha desaparecido. Uno siente terror al transitar por las calles, es igual que navegar por un territorio desamparado y devastado. A tal punto llega la incertidumbre, que el encontrase con guardias nacionales en las vías puede causar miedo, en vez de tranquilidad ¡Esa es la verdad! Entonces con lo que contamos, hasta la fecha de esta nota, es de un turismo restringido. Es decir si usted quiere visitar algunos de los maravillosos destinos del territorio venezolano, hágalo asesorado con alguna agencia de viajes seria y con discreta prudencia. Ellos le indicarán cuáles son los sitios adecuados y la logística para el desplazamiento.

A pesar de esta inconveniente situación, el turismo no se ha extinguido. Solo que debe abordarse considerando las premisas correctas. El asunto está en conocer, evitar y mitigar los riesgos importantes. Es decir se debe ser meticuloso en la planificación de cada viaje. Las potencialidades naturales siguen existiendo, a pesar del deterioro de la infraestructura; la situación política es la gran traba del desarrollo y de lo que debería ser un flujo natural de estas actividades.

Hablemos entonces del turismo seguro y recomendado, bajo las actuales circunstancias.

Si le gusta la naturaleza pura, en el sur del país puede visitar el estado Amazonas y su singular Parque Canaima con más de 30.000 kilómetros cuadrados de extensión, el cual cuenta con una naturaleza pródiga, la catarata más grande del mundo “El Salto Ángel”, los impresionantes tepuys (montañas tipo mesetas) que ocupan más del 65% del parque. Un lugar de referencia mundial, En el año 1994 Canaima fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Venezuela tiene una ubicación territorial muy privilegiada, está en el norte de sur américa y cuenta con más de 4.200 kilómetros de soleadas y azules costas frente al mar caribe y con múltiples islas paradisíacas. Hay excelentes playas a lo largo de estas inmensas costas, casi todas bordeadas de cordilleras montañosas. Así que recorrer de oriente a occidente resulta una aventura de sinuosas y empinadas carreteras; también es muy atractivo para recorrer por medios marítimos. Entre las islas más destacadas se pueden mencionar: El Archipiélago de Los Roques, El parque nacional Morrocoy, en el estado Falcón; El Parque Nacional Mochima en el estado Sucre, las Islas de Margarita Coche y Cubagua, en el estado Nueva Esparta; Isla Larga, frente a Puerto Cabello; Blanquillas; La Tortuga y La Orchilla. Cada uno de estos sitios destaca por su fecunda belleza.

Otros grandes atractivos geográficos son los inmensos llanos; los fastuosos andes venezolanos; Los Médanos de Coro; El Parque Carabobo; en Aragua la hacienda Santa Teresa y la Colonia Tovar (un encantador pueblo alemán); el cerro el Ávila de la ciudad de Caracas, desde la estación del teleférico se puede divisar la ciudad ubicada al sur, o el mar Caribe viendo hacia el norte.

Venezuela, no es solo tierra de bellezas naturales, su gente es por esencia amable, alegre, jocosa; los ritmos musicales varían  de acuerdo al sitio y los sabores tropicales siguen el mismo patrón en cuanto a riqueza y variedad. Cada región cuenta son sus particularidades en los acentos del lenguaje, léxico, música y en la gastronomía. Al venezolano se le puede distinguir por el territorio, de donde es oriundo: andinos, llaneros, orientales, isleños, maracuchos (de Maracaibo), larenses (conocidos como guaros, son los mejores en los asuntos musicales), falconianos, los provenientes del Amazonas, del Delta Amacuro y los de la región central (caraqueños, mirandinos, varguenses, carabobeños y aragüeños).  

El gentilicio venezolano es abierto, amistoso y está signado por siglos de mezclas culturales. Fuimos un país destino y refugio de muchos inmigrantes: europeos, asiáticos, del medio oriente y de este mismo continente, especialmente desde las épocas de las guerras mundiales y de las grandes dictaduras latinoamericanas, hasta finales de los años noventa. En el último lustro nos hemos convertido en una nación en éxodo, huyendo de la miseria y de las atrocidades del cruel régimen. Después que termine esta pesadilla, del socialismo del siglo XXI, esperamos continuar recibiendo los aportes de múltiples culturas. Renaceremos como ciudadanos con nuevos derroteros y con muchas ganas de construir una sociedad prospera. La canción popular del “Pavo Real” interpretada por José Luis Rodríguez “El Puma” nos describe como una nación con mente y espíritu abierto. En Venezuela, todas las personas de buena voluntad son bienvenidas.

Cosme G. Rojas Díaz

Twitter e Instagram @cosmerojas3

Escrito y publicado el o5/10/2019, como respuesta a la siguiente pregunta ¿Sigue habiendo turismo en Venezuela?, solicitada desde la plataforma www.quora.com

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