La pirámide de la creación

Soñar es la base en la pirámide de la creación. Desde un sueño nace el universo. Esta es la fase de los mundos fantásticos, ideales, intangibles y los cuales lucen irrealizables. Hay que ser cómo un niño para soñar en grande. En todo niño hay un artista, ellos se abstraen en sus juegos y construyen complejos mundos. Ellos sueñan sin miedo y lo que no les asusta no les detiene. Observa a un pequeño en cualquier actividad y mira como de desinhibe de su entorno, para entrar en el suyo. Albert Einstein decía: “La imaginación es más importante que el conocimiento” y es que a este gran científico a veces lo catalogaron de loco, poeta o de mero soñador. La verdad es que ninguna gran idea surge de mentes limitadas por la realidad, la creación solo es posible cuando se reta a la racionalidad. No hay fronteras para la imaginación. Las iniciativas comienzan por la conjetura y por preguntar ¿Por qué no?  Y ante cada obstáculo volver a preguntar lo mismo. Esta etapa es la más divertida de todas, porque en ella uno puede darse el permiso de desafiar a las reglas.

Luego de una buena dosis de tormentas cerebrales conviene razonar con los pies en el suelo y mantener el corazón en los sueños para hacer posible lo que parece ficticio. Se ha llegado a la etapa de la racionalidad, donde las visiones se procesan para buscar vías lógicas para dar forma a aquellas ideas o a los maravillosos conceptos. Es el momento de centrar los esfuerzos en el ¿cómo? En esta capa las difusas y enérgicas sensaciones deben encontrar coherencia, rutas y conexiones. Observa a un niño construyendo sus propios juguetes y te darás cuenta de que ha entrado en una fase superior. Ha vencido a la inercia de la desidia para conectarse con el inquieto universo.

Toda creación debe concluir con un producto, pero antes este debe pasar por unos filtros que lo depuren y le den el acabado óptimo. Es allí donde surge la capa de la crítica, de la maquetación y de la edición final. Luego es preciso liberar lo creado para que tome vida independiente. En una pintura serán las últimas pinceladas que colocarán la guinda del pastel. Cuando cubres con éxito las tres capas te conviertes en un constructor de nuevas realidades.

No dejes de soñar ni perturbes a un soñador, procura entrar en sintonía con tus sueños o con el de otros inyéctale pasión, determinación y disciplina, para navegar por fascinante ciclo de la creación.

Recuerda siempre algo muy importante: para crear fuimos creados. No hay creación sin un creador y todos tenemos algún talento para compartir.

Cosme G. Rojas D.

17/03/2019

@cosmerojas3

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